Página:The Velveteen Rabbit.djvu/46

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bailar y se pararon en un círculo a mirarla fijamente.

"Os he traído un amigo de juego," dijo el hada. "¡Sed muy amables con él y enseñadle todo lo que necesita saber de la tierra de los conejos, ya que él va a vivir con vosotros para siempre jamás!"

Y ella besó el conejito nuevamente y lo puso sobre la hierba.

“¡Corre y juega, conejito!”, dijo.

Pero el conejito se quedó sentado muy quieto por un momento sin moverse. Porque cuando vio a todos los conejos salvajes bailando a su alrededor, de repente recordó sus patas traseras, y no quería que vieran que estaba hecho de una sola pieza. No sabía que ese beso del hada le había cambiado por completo. Y podría haber seguido allí sentado mucho tiempo, demasiado tímido para moverse, si no fuera porque algo le picó la nariz, y sin pensar lo que estaba haciendo levantó su dedo de pie trasera para rascarse.

¡Y dio cuenta de que tenía patas traseras! En lugar de su deslucido peluche tenía pelaje marrón, suave y brillante, sus orejas se movían por sí mismas, y sus bigotes eran tan largos que rozaban la hierba. Dio un salto y la alegría de usar