Página:Viaje de exploracion en la Patagonia Austral - 1886.djvu/47

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veinte centímetros y dos ó mas metros, lo que ha permitido el desarrollo y aumento no interrumpido de esa vejetacion asombrosa que en muchos casos excede á la de otras regiones argentinas como el Chaco y Misiones, que se encuentran colocadas bajo la zona subtropical, donde el calor chispeante del sol poniendo en actividad las moléculas invisibles del aire, desarrolla esa naturaleza encantada y admirable que seduce con los destellos de sus galas primaverales.

Aquí en esos valles, tan pintorescos como sería dable imaginarlos, en donde he pasado muchos dias, serena el alma como la naturaleza, á punto de no saber de que lado corría el viento, mi salud y la de mis compañeros no se resintió un solo instante; por el contrario, parecía fortalecida y el organismo se hallaba dispuesto á los mayores esfuerzos: corría vacas salvajes por las dilatadas alfombras de húmeda verdura, aspirando la fragancia de las florecillas silvestres.

Pastaban allí, con avidez, nuestros caballos, algunos de ellos que habiendo tenido la desgracia de nacer y vivir en la región ribereña de la arena y de la piedra, nunca habian visto ni gustado pastos verdes y excelentes, de seis clases distintas, — con el que engordaron en veinte dias, bebiendo agua cristalina en los arroyos y rios correntosos, tan clara que se ve el fondo y las escamas plateadas de los peces.

Otras veces, sin sentir frió ni calor, he marchado dias enteros por debajo de los árboles, cuya corpulencia y majestad estasiaba al ánimo y lo admiraba.

Alli no existen obstáculos ni peligros encubiertos que