Parnaso español 245

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Amante apartado, pero no ausente, amador de la hermosura del alma, sin otro deseo

(Parnaso español)

de Francisco de Quevedo


Puedo estar apartado, mas no ausente;
y en soledad, no solo; pues delante
asiste el corazón, que arde constante
en la pasión, que siempre está presente.


El que sabe estar solo entre la gente,
se sabe solo acompañar: que, amante,
la semblanza de aquel bello semblante
a la imaginación se le consiente.


Yo vi hermosura y penetré la alteza
de virtud soberana en mortal velo:
adoro l'alma, admiro la belleza.


Ni yo pretendo premio, ni consuelo;
que uno fuera soberbia, otro vileza:
menos me atrevo a Lisi, pues, que al cielo.