Serenata (Poema)

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Serenata

de Albino A. Madrazo

Poema publicado en la revista La Moda Elegante, Cádiz, enero de 1870

SERENATA.


A Guadalupe


I.

Niño la de los garzos
brillantes ojos,
la que por labios tiene
claveles rojos;
la de pie breve,
la de rostro más blanco
que blanca nieve.

La de cuello de cisne,
talle de palma,
sonrisa que enamora,
boca que mata:
si estás despierta
sal a la reja, niña,
sal a la reja.

Que un vate que te adora
como ellos aman,
con un amor más puro
que tus miradas ,
quiere contarte
sus penas, sus dolores
y sus pesares.

Sal a la reja, niña,
sal a la reja,
que un trovador amante
canta a tu puerta:
sal, niña, pronto
para decirte a solas
lo que te adoro.

II.

Te ame como las ondas
aman el río,
como aman el espacio
los pajarillos,
como la brisa
ama los tulipanes
que tenue riza.

Te amo como las flores
aman la aurora,
corno aman a la playa
las verdes olas:
tanto te adoro,
que temo mis amores
me vuelvan loco.

Eternos como tu alma
son mis amores,
puros, como el aroma
de gayas flores;
¡ay! quiera el cielo,
que tus amores sean
puros y eternos,

Sal, hermosa, a la reja,
que ya en oriente
se levanta la aurora
resplandeciente;
mas no, no salgas,
que tal vez tenga celos
de tus miradas.

Adios, hermosa niña,
flor de las flores,
hurí del paraíso
de mis amores,
blanca azucena,
que perfumas el alma
de los poetas.

Adiós, hermosa niña,
de claros ojos
brillantes y expresivos
como no hay otros;
la niña hermosa,
la de cuello de cisne
boca de rosa,

Adiós, mujer divina,
ángel que adoro,
esencia de mi alma,
luz de mis ojos:
adiós; no olvides,
que te amo con delirio,
cándida virgen.

Albino A. de Madrazo.