PARTIDO ESTANQUERO
Historia
Ante la precaria situación económica en que se encontraba el país en 1824, el gobierno del general don Ramón Freire acordó entregar el estanco del tabaco, napies, té y licores extranjeros, a un concesionario particular. Para este efecto firmó un contrato con la sociedad "Portales, Cea y Cía.", de la cual era gerente el comerciante don Diego Portales. En virtud de este contrato se entregó a la sociedad mencionada el monopolio para la venta de las especies estancadas y esta sociedad se obligó, a su vez, a una serie de compensaciones, una de las cuales consistía en servir los dividendos de un empréstito que había sido contrato por el Gobierno en Londres. Portales se puso al frente de la organización de esta empresa, que era la más basta que se había conocido en Chile. Invirtió en ella toda su fortuna y amplió la sociedad ingresando a ella nuevos socios.
La situación no marchó del todo bien para los estanqueros. Se veían obligados a hacer recorrer permanentemente los campos por una partida de vigilantes que quemaban las sementeras clandestinas de tabaco; y a luchar en contra del reiterado contrabando que se hacía incluso por personas de calidad. El gobierno no podía ampararlos debidamente, pues carecía policía suficiente. En estas condiciones, junto con rodearse a los estanqueros de un ambiente hostil, sus negocios fueron desenvolviéndose en forma lamentable, a tal punto que no fueron capaces de servir el empréstito ingles.
Tanto el Gobierno como la opinión pública y el Congreso asumieron una actitud adversa a la sociedad estanquera y se pidió que se pusiera término al contrato. La sociedad se vió así obligada a liquidar sus operaciones, en condiciones desastrosas.
La liquidación de este negocio fué larga, complicada y apasionada, se formularon toda clase de cargos en contra de la sociedad; y esta por su parte se defendió imputando el mal resultado a factores agenos a ella. Especialmente hizo caudal de la corrección con que había procedido.
Don Diego Portales y los suyos tuvieron ocasión, así, de conocer las interioridades de la organización política de la época y los errores del régimen. Todo el negocio se convirtió en cuestión política e intervino
