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y tengo mi ejecutoria en las obras sueltas de Boscán y Garcilaso.

—Contra hidalguía en verso—dijo el Diablillo —no hay olvido ni chancillería que baste, ni hay más que desear en el mundo que ser hidalgo en consonantes.

—Si a mí me hicieran merced (1)—prosiguió don Cleofás, entre Salicio y Nemoroso se habían de hacer mis diligencias, que no me habían de costar cien reales; que allí tengo mi Montaña, de costar cien reales; que allí tengo mi Montaña, —Dejemos vanidades agora—dijo el Cojuelo—; que ya sé que eres muy bien nacido en verso y en prosa, y vamos en busca de un figón, a almorzar y a descansar, que bien lo habrás menester por lo trasnochado y madrugado, y después proseguiremos nuestras aventuras.

TRANCO IV

Dejemos a estos caballeros en su figón almorzando y descansando, que sin dineros pedían las pajaritas que andaban volando por el aire y al fénix empanado (2), y volvamos a nuestro astrólogo regoldano (3) y nigromante enjerto, que se había vestido con algún cuidado de haber sentido pasos en el desván la noche antes, y, subiendo a él, halló las ruinas que había dejado su fami(1) De un hábito.

(2) Fedir imposibles.

(3) Fruto del castaño silvestre.