Página:El diablo cojuelo (1919).pdf/76

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
74
 

Fortuna, que es aquel que le tiran cincuenta emperadores griegos y romanos, y ella viene cercada de faroles de cristal, con cirios pascuales encendidos dentro dellos, sobre una rueda llena de arcaduces de plata, que siempre está llenándolos y vaciándolos de viento, y esotro pie, en el elemento mismo, que está lleno de camaleones que le van dando memoriales, y ella rompiéndolos. Ahora vienen siguiéndola sus damas en elefantes, con sillones de oro sembrados de balajes, rubíes y crisólitos. La primera es la Necedad, camarera mayor suya, y aunque fea, muy favorecida. La Mudanza es esotra, que va dando cédulas de casamiento, y no cumpliendo ninguna. Esotra es la Lisonja, vestida a la francesa de tornasoles de aguas, y lleva en la cabeza un iris de colores por tocado, y en cada mano cien lenguas. Aquella que la sucede, vestida de negro, sin oro ni joya, de linda cara y talle, que viene llorosa, es la Hermosura: una dama muy noble y muy olvidada de los favores de su ama. La Envidia la sigue y la persigue, con un vestido pajizo, bordado de basiliscos y corazones.

—Siempre esa dama—dijo don Cleofás come grosura: que es halcón de las alcándaras de palacio.

—Esotra que viene—prosiguió el Cojuelo, que parece que va preñada, es la Ambición, que está hidrópica de deseos y de imaginaciones. Esotra es la Avaricia, que está opilada de oro, y no quiere tomar el acero (1), porque es más bajo metal.

(1) Remedio de la opilación.

— 1