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XXXIV.
Tambien la corregidora es guapa, Salido que hubieron de la sala el corregidor y el tio Lúcas, sentóse de nuevo la corregidora en el sofá; colocó a su lado á la señá Frasquita, y, dirigiéndose á los domésticos y ministriles que obstruian la puerta, les dijo con afable sencillez: —Vaya! muchachos, contad ahora vosotros todo lo malo que sepais de mi.
Avanzó el cuarto estado, y diez voces quisieron hablar á un mismo tiempo; pero el ama de leche, como la persona que más alas tenia en la casa, impuso silencio á los demas, y dijo de esta manera: