Página:El sombrero de tres picos (1874).pdf/81

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
76

XIII.

Le dijo el grajo al cuervo...

Hora y media despues, todos los ilustres compañeros de merienda estaban de vuelta en la ciudad.

El señor obispo y su familia habian llegado con bastante anticipacion, gracias al coche, y hallábanse ya en palacio, donde los dejaremos rezando sus devociones.

El insigne abogado (que era muy seco) y los dos canónigos (á cual más grueso y más respetable) acompañaron al corregidor hasta la puerta del ayuntamiento (donde dijo que tenía que hacer), y tomaron luego el cami-