limites que nos hemos trazado, de hacer un estudio de los escritores con los cuales nos ha puesto en relacion Mr. Leigh Hunt; y comenzaremos por Wyeherley, que sí es de los cuatro el último en órden al mérito literario, es el primero cronológicamente y bajo el punto de vista de la inmoralidad.
William Wycherley nació en 1640. Era hijo de un noble del Shropshire, de antiguo abolengo, y que gozaba de considerables bienes de fortuna, como que sus propiedades producian obra de sesenta mil reales de renta, lo cual equivalia entónces á doscientos mil en nuestros días.
William era niño al estallar la guerra civil, y áun estaba en las primeras letras cuando quedaron establecidas y asentadas sobre las ruinas de la antigua Iglesia y del trono la jerarquía presbiteriana y el gobierno de la república. Su padre era muy adicto á la causa real, y no queriendo confiar la educacion de su heredero á los puritanos adustos, circunspectos y ceremoniosos que á la sazon se hallaban al frente de los establecimientos de enseñanza, lo envió á Francia á la edad de quince años. Wycherley residió entonces, con este motivo, una larga temporada en la vecindad del duque de Montausier, jefe de una de las familias más ilustres de Turena, y cuya esposa, oriunda de la casa de Rambouillet, reunia en su persona todos los talentos, gracias y elegancias que ilustraron tanto su raza. El jóven extranjero fué presentado en el círculo brillante que rodeaba á la duquesa, y en él aprendió algo bueno y algo malo. A! regresar á su patria, al cabo de algunos años, era cumplido y apuesto caballero, y declarado papista, pudiendo afirmarse que su conversion, no tanto fué producida por el convencimiento, sino por su roce con personas bien nacidas