Página:Estudios literarios por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XI (1879).pdf/361

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
317
Oradores atenienses.

des, casi todos han sido víctimas aprisionadas en estrecho círculo por arte de las evocaciones griegas.» La Ilíada y la Odisea no eran libros, sino curiosidades para ellos, ó mejor dicho, reliquias, y las admiraban por devocion, no por su mérito, como acontece á los buenos católicos con la casa de la Virgen María en Loreto. Todo lo clásico era bueno, y por tal manera, Homero, gran poeta, y Calimaco tambien, y las cartas de Ciceron incomparables, y las de Falaris lo mismo; y cuando se trataba de comparar pruebas, caian en idéntico error, porque la autoridad de todos los escritos griegos y latinos era igual para ellos y tenía la misma fuerza, sin advertir que un espacio de quinientos años ó una distancia de quinientas leguas podia ser parte muy eficaz á influir en la exactitud de una narracion, y que Tito Livio podia ser historiador ménos verídico que Polibio, ó que Plutarco debía saber menos de los amigos de Xenofonte que Xenofonte mismo. Engañados por la distancia, parecian creer á todos Jos clásicos contemporáneos unos de otros, del propio modo que vemos en Inglaterra muchas gentes persuadidas de que cuantos habitan las Indias son vecinos, verbigracia, los de Calcutta y los de Bombay, Abrigamos confiados la esperanza de que no sobrevenga una nueva invasion de bárbaros en Europa; pero estamos persuadidos tambien de que, si tan terrible calamidad nos asolara segunda vez, los Rollins y los Gillies de entonces compilarian una flamante historia de Inglaterra basada en los Jefes escoceses de miss Porter, las Vacaciones de miss Lee y las Memorias de sir Natanael Wraxall.

Tiempo es ya de examinar la literatura antigua de modo diferente, sin pedantescas preocupaciones, pero teniendo en cuenta la diferencia de las cir-