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Facundo

derramó una gota de sangre, ni destruyó la propiedad de nadie; y de la presidencia fastuosa descendió voluntariamente á la pobreza noble y humilde del proscripto. Rosas que tanto lo calumnia, se ahogaría en el lago que podría formar toda la sangre que ha derramado; y los cuarenta millones de pesos fuertes del tesoro nacional y los cincuenta de fortunas particulares que ha consumido en diez años para sostener la guerra formidable que su brutalidades han encendido, en manos del fatuo», del «iluso»» Rivadavia, se habrían convertido en canales de navegación, ciudades edificadas, y grandes y multiplicados establecimientos de utilidad pública.

Que le quede, pues, á este hombre ya inútil para su patria, la gloria de haber representado la civilización europea en sus más nobles aspiraciones, y que sus adversarios cobren la suya de mostrar la barbarie americana en sus formas más odiosas y repugnantes; porque Rosas y Rivadavia son los dos extremos de la República Argentina, que se liga á los salvajes por la pampa y á la Europa por el Plata.

No es el elogio sino la apoteosis la que hago de Rivadavia y su partido, que han muerto para la República Argentina como elemento político, no obstante que Rosas se obstine suspicazmente en llamar unitarios á sus actuales enemigos. El antiguo partido unitario, como el de la Gironda, sucumbió hace muchos años. Pero en medio de sus desaciertos y sus ilusiones fantásticas, tenía tanto de noble y grande, que la generación que le sucede le debe los más pomposos honores fúnebres.

Muchos de aquellos hombres quedan aún entre nosotros, pero no ya como partido organizado; son las momias de la República Argentina, tan venerables y nobles como las del imperio de Napoleón. Estos unitarios del año 25 forman un tipo separado, que nosotros sabemos distinguir por la figura, por los modales, por el tono de la voz y por las ideas. Me parece que entre cien argentinos reunidos yo diría: éste es unitario». El unitario tipo marcha derecho, la cabeza alta; no da vuelta aunque sienta desplomarse un edificio; habla con arrogancia; completa la frase con gestos desdeñosos y ademanes concluyentes; tiene ideas fijas, invariables; y á la víspera de una batalla se ocupará todavía de discutir en toda forma un reglamento ó de establecer una nueva formalidad legal;