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Domingo F. Sarmiento

porte.—¿Tú?—Yo, amito: la señorita Manuelita no me lo negará». Un cuarto de hora después, la negra volvía con el pasaporte firmado por Rosas con orden á las partidas de dejarle salir libremente.

Los negros ganados así para el gobierno, ponían en manos de Rosas un celoso espionaje en el seno de cada familia, por los sirvientes y esclavos, proporcionándole, además, excelentes é incorruptibles soldados de otro idioma y de una raza salvaje. Cuando Lavalle se acercó á Buenos Aires, el Fuerte y Santos Lugares estaban llenos, á falta de soldados, de negras entusiastas, vestidas de hombre para engrosar las fuerzas. La adhesión de los negros dió al poder de Rosas una base indestructible. Felizmente, las continuas guerras han exterminado ya la parte masculina de esta población, que encontraba su patria y su manera de gobernar en el amo á quien servia.

Para intimar la campaña, atrajo á los fuertes del Sur algunas tribus salvajes cuyos caciques estaban å sus órdenes.

Asegurados estos puntos principales, el tiempo irá consolidando la obra de organización unitaria que el cri men había iniciado, y sostenían la decepción y la astucia.

La República así reconstruída, sofocado el federalismo de las provincias, y por persuación, conveniencia ó temor, obedeciendo todos sus gobiernos á la impulsión que se les da desde Buenos Aires, Rosas necesita salir de los límites de su Estado para ostentar afuera, para exhibir a la luz pública, la obra de su ingenio. De qué le habría servido absorberse las provincias, si al fin había de permanecer, como el doctor Francia, sin brillo en el exterior, sin contacto ni influencia sobre los pueblos vecinos? La fuerte unidad dada á la República sólo es la base firme que necesita para lanzarse y producirse en un teatro más elevado, porque Rosas tiene conciencia de su valer y espera una nombradía imperecedera.

Invitado por el gobierno de Chile, toma parte en la guerra que este Estado hace á Santa Cruz. ¿Qué motivos hacen abrazar con tanto ardor una guerra lejana sin antecedentes para él? Una idea fija que lo domina desde mucho antes de ejercer el gobierno supremo de la República, á saber: la reconstrucción del antiguo virreinato de Buenos Aires.

No es que por entonces conciba apoderarse de Bolivia,