Página:Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes - Tomo I (1858).djvu/345

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reyes,! é hicieron ademan de adelantarse, tendiéndole las manos, que él, como bueno y leal quiso besar, con la rodilla en tierra; pero no solo no lo permitieron SS. AA., sino que doña Isabel lo invitó á sentarse cerca de ella, en el sillón dispuesto para el caso, diciéndole: Don Cristóbal Colon, cubrios y sentaos; sentaos almi- rante del Océano y virey del nuevo mundo/'^ y húmedos de llanto sus ojos, enternecida y admirada, no quiso ocu- par su trono, hasta que Colon se hubo cubierto como un grande de España, y tomado asiento.^ Después de ha- blarle con el mayor afecto le pidieron los reyes refiriese la relación de su descubrimiento. En vano se ha descrito muchas veces la recepción del almirante en Barcelona, pues siempre los historiadores han olvidado la parte espiritual y cristiana de la solem- nidad, callando el discurso de Colon sobre el nuevo mundo, y tal vez ignorando esta primera lección de cien- cia comparada, que se haya dado en la tierra. Permíta- senos pues llenar tamaño vacio, y ya que no ha llegado á nosotros el testo de la alocución, restablecer el orden de los hechos y de las ideas jenerales, cuya esposicion tuvo efecto en la audiencia. Después de pasear tranquilamente la vista en torno suyo, como para que fuere testigo de sus palabras todo el auditorio, comenzó diciendo, que el verdadero carácter de la espedicion era cristiano principalmente, y científico y político de un modo secundario; y que los favores que plugo al cielo derramar sobre la nación española con su empresa, parecían ser la recompensa de la piedad y del espíritu relijioso de sus reyes: describió el espacioso Océano, hasta entonces vedado á la curiosidad de los mortales, y abierto ya á las naves españolas, y mostró el glorioso estandarte de Castilla, llevado por él al hemisfe- . "A su llegada se levantan los benignos reyes." Muñoz, Historia del nuevo mundo, t. 1. lib. IV. 15. . Marques de Pastoret. Histoire des découvertes, Ms., p. 96.

. El P. Ventura de Ráuliea. La mujer católica, t. 11. p. 323.