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de las Indias.

Dice que hacia calor por allí, del cual argüia que debia de haber por aquellas tierras mucho oro. Miércoles, en la noche, 21 de Noviembre, ántes que tomase la tierra y el puerto del Príncipe otra vez, como pretendia, se le fué Martin Alonso Pinzon con la carabela Pinta, de la que venia por Capitan, sin su licencia y contra su obediencia, ciego de codicia, y, quizá, lleno primero de soberbia, porque un indio de los que habia el Almirante mandado poner en aquella carabela, diz que, le habia certificado ó prometido de llevarle á cierta isla ó tierra donde hobiese mucho oro; y aquí dice el Almirante: «Otras muchas me ha hecho y dicho.» Llevó el camino del leste hácia donde creian estar la tierra de Babeque, el cual iba á vista del Almirante, hasta que el jueves, en la noche, como fuese en la carabela que era más velera que todas, del todo desapareció, puesto que el Almirante hizo tomar algunas de sus velas y tener farol ó lumbre toda la noche, y señales para que arribase sobre él; pero él no curó sino irse. El viernes, ántes que tomase la tierra, vido un Cabo de tierra hácia el leste ó Levante, á la cual señalaban los indios llamarse Bohío, y creemos que era esta isla Española, y que habia, diz que, en ella gente que tenia en la frente un ojo, y otros que llamaban caníbales, á quien mostraban tener gran miedo, y desque vieron que llevaba camino de acá, diz que, no podian hablar porque los comian, y significaban que era gente muy armada. De donde parece, que ninguna ó cuasi ninguna cosa les entendian, porque, en esta isla, ni nunca hobo gente de un ojo, ni caníbales que comiesen los hombres, y tampoco tuvieron más ni mejores armas que los que hasta entónces el Almirante habia visto; y así, dice aquí él, que creia que habia algo dello, pero no todo, y que si eran armados, serian gente de razon, y que el temor que tenian debia ser porque habrian captivado algunos, y, porque no volvian en sus tierras, estimaban que los habian comido, y lo mismo creian (segun dice aquí el Almirante), de los cristianos y dél, al principio que los vieron, que comian los hombres, hasta que juzgaron,