CAPÍTULO L.
Mártes, 4 de Diciembre, salió de aquel puerto, que llamó Sancto, hácia el lesueste y guesnorueste, porque así se corria toda la costa, y halló á las dos leguas un buen rio, y vido un Cabo que llamó Lindo. Despues topó un gran rio, y, desde á tres ó cuatro leguas, descubrió otro rio grandísimo que debia venir de muy léjos, el cual tenia en la boca cient pasos y en ella ningun banco, y ocho brazas de fondo, y buena entrada, y el agua dulce entraba hasta dentro en la mar, y era de los más caudalosos que habia visto; y debia de haber, segun dice el Almirante, cerca dél grandes poblaciones. Anduvo toda esta noche á la corda, que es andar poco, sobre el cabo Lindo, por ver la tierra que iba hácia el leste, y, al salir del sol, miércoles, 5 de Diciembre, vido otro Cabo al leste, obra de dos leguas y media; pasado aquel, vido que la costa volvia al Sur, y tomaba del Sueste, hácia donde vido un Cabo muy hermoso y alto, y distaba de otro siete leguas. A este quisiera llegar, sino que por el deseo que tenia de ir á la isla de Babeque, que le quedaba (segun le decian los indios que llevaba) al Nordeste, la dejó. Esta isla de Babeque no sabemos que fuese, sino que, ó los indios le hacian entender haber allí (hácia el Nordeste digo), alguna tierra y en ella oro, porque