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Historia

Dijeron aquellos que el Almirante envió, que, despues que perdieron el miedo, iban todos á sus casas y cada uno los traia de lo que tenia de comer, pan de unas raíces que siembran de que hacen pan, de las cuales se dirá adelante, pescado y otras cosas cuantas de comer tenian; y, porque el indio que iba con los cristianos dijo á los indios que se holgaria el Almirante haber algun papagayo, luego les trujeron papagayos y cuanto los cristianos les pedian, sin querer nada por ello. Todo esto cuenta el Almirante. Rogaban á los cristianos ahincadamente, que no se viniesen aquella noche, y que les darian otras muchas cosas que tenian en la sierra. Al tiempo que toda aquella gente junta estaba con los cristianos, vieron venir una gran multitud de gente, con el marido de la mujer que habia el Almirante honrado y enviado, la cual traian sobre los hombros, que venian á dar gracias á los cristianos por la honra que el Almirante le habia hecho, y dádivas que le habia dado. Dijeron los cristianos al Almirante, que aquella gente toda era más hermosa y de mejor condicion que ninguna otra de las que habian hasta entónces visto; pero aquí dice el Almirante, que no sabe cómo pueda ser de mejor condicion que las otras, dando á entender que las otras todas, de las otras islas que habian hallado, eran de humanísima condicion. Cuanto á la hermosura, decian los cristianos que no habia comparacion, así en los hombres como en las mujeres, y que eran blancos más que los que habian visto, y, señaladamente, decian que habian visto dos mujeres mozas, tan blancas como podian ser en España. De la hermosura de las tierras que vieron, referian que excedian á todas las tierras de Castilla, en fertilidad, hermosura y bondad. El Almirante así lo concedia, por las que tenia presentes y las que dejaba atras. Señaladamente encarecian las de aquel valle, las cuales á la campiña de Córdoba les parecia exceder, cuanto el dia excede á la noche en claridad. Estaban, diz que, todas labradas, y por medio de aquel valle pasaba un rio muy grande y ancho, con el cual todas se podian regar. Estaban todos los árboles verdes y llenos de fruta; las hierbas, todas floridas y muy