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Historia

casa de Mayobanex, las quejas de las calamidades que padecia él y sus gentes de los cristianos, con lágrimas y dolor de su corazon, encarecidamente refiere, ruégale que le tome y reciba so su amparo y fe, porque ya no quiere sino salvar su persona sola y su mujer, y hijos, y parientes, desmamparados sus vasallos todos, pues no los podia defender, ni á los cristianos resistir; tambien se platicaba entre nosotros que cierto español le habia forzado y violado la mujer. Recíbele Mayobanex con gran benignidad y placer, óyele bien la relacion de sus fatigas, servidumbre y persecucion dél y los suyos tan cruel, y él, que se las sabia por las nuevas que cada dia le iban de las obras los cristianos, llora con él y prométele de lo defender y hacer todo cuanto pudiere por lo libertar; dónde y con quien halló más gracia y defensa, con benigno acogimiento, que en Alejandría con Ptolomeo, rey de Egipto, halló Pompeyo, como cuenta Julio César en sus Comentarios de las guerras civiles, un poco ántes del fin del lib. III. Hallado ménos Guarionex por los cristianos, y visto que mucha gente faltaba de los pueblos, y cada dia se iba más, escriben de la fortaleza de la Concepcion á Santo Domingo, al Adelantado, que era alzado el rey Guarionex. Rescibidas las cartas, como Guarionex era tan gran señor y toda su gente era vecina de las minas y de donde se cogia el mayor tributo, y, faltando él de acudir con ello, todo lo de los demas era poco, tomó luego con gran priesa el Adelantado 90 hombres de pié de los más sanos que habia en Sancto Domingo y algunos de caballo, y partióse para la Vega ó fortaleza de la Concepcion. Comienza luego á preguntar á los indios que topaba, y á otros que hacia buscar, dónde se habia ido Guarionex, responden que no saben; constríñenlos con amenazas, y, á lo que yo no dudo, con tormentos, como en estas tierras á cada paso se hizo y suele hacer, y descubren que está en la tierra de los ciguayos con el rey Mayobanex. Vá el Adelantado luego allá, sube las sierras con su gente, desciende á un valle grande por donde corre un rio caudaloso; halló dos indios espías, el uno se fué y el otro tomaron, quiérele dar tormento, confiesa sin él la verdad, y esta