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Historia

al Maestro de las Historias, y no señala en qué lugar. Y que este monte Olimpo trascienda el aire caliginoso parece por un cierto argumento, porque allí ni hay jamás viento ni lluvias, y estaba en él un templo dedicado á Júpiter, donde, cuando se ofrecian los sacrificios, escribian ciertas letras en la ceniza ó en el polvo, y cuando volvian otro año, al tiempo de hacer las ceremonias de los sacrificios, se hallaban las mismas letras en la ceniza, sin haberse deshecho, lo que no pudiera ser si viento ó lluvia allí cayera; así lo toca Sant Agustin, donde dije arriba, y más largo lo dice Solino en su Polistor, cap. 13, y así parece que el monte Olimpo sobrepuja las impresiones del aire caliginoso y oscuro, y por consiguiente, llega á la tercia region del aire, que es toda serena, y con todo eso, no es tanta su altura que no pudiesen subir á él los filósofos á especular y los sacerdotes á ofrecer sacrificios. Y no solamente Olimpo, monte, sobrepuja las nubes, pero tambien el monte Athos en Macedonia ó en Tracia, del cual dice el mismo Solino en el cap 21, y Pomponio Mela, libro II, cap. 2.º, que es más alto que el lugar de donde descienden las lluvias, y este lugar es la media region del aire, de tal manera que: capit opinio fidem quod de aris quas in vertice sustinet, non abluitur cinis sed quo relinquitur aggere manet. Y tiene otra cosa que se tiene por una de las maravillas del mundo, que llega con su sombra hasta la isla Lemno, una de las del Archipiélago, que está dél 86 millas, que son más de 28 leguas. Quod non frustra inter miracula notaverunt cum Athos Lemno sex et octoginta millibus pasuum separaretur. Lo mismo dice Sant Isidro, libro XIV, cap. 8.º de las «Etimologías». Y, cierto, la isla de Tenerife en las Canarias, y la isla del Pico en las de los Azores, no creo que son muy ménos altas que las dichas, como quiera que las veamos, á lo ménos la del Pico, 40 leguas en la mar, y mucho más alta la cumbre dellas que las nubes, y que parecen por debajo dél. Pues si estas sierras ó montes ya dichos llegan á la tercera region del aire, que es toda serena y suave, no es difícil cosa de creer y conceder que el Paraíso terrenal suba encima de los vientos y de las lluvias en la region tercera del aire, al cual, con