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Historia

de comer de su pan y venados y pescado, y otras cosas de sus comidas, que gastar de sus mantenimientos de Castilla ninguna necesidad tuvieron, por manera que, sino no les proveyeran, dice Américo, que no tuvieran para tornar en España, sin gran necesidad de bastimentos, que comieran. En todo el tiempo que estuvieron, se iban por la tierra dentro á los pueblos, en los cuales les hacian caritativos recibimientos, honras, servicios y fiestas. Y esto es cierto, como abajo, en el discurso desta historia, se verá, placiendo á Dios todo poderoso, que todas estas gentes de las Indias, como sean de su naturaleza mitíssimas y simplicísimas, así saben servir é agradar á los que en sus casas y tierras, cuando los tienen por amigos, resciben, que ninguna otra les hace en esto ventaja, y quizá ni llega á serles en esto vecina. Ya que determinaban, remediados sus navíos y hecho el bergantin, partirse para Castilla, dice aquí Américo, que aquellos sus buenos huéspedes les dieron grandes quejas de otra cierta gente feroz y cruel, habitadora de cierta isla, que de allí 100 leguas estaria, que venia en cierto tiempo del año por la mar á hacerles guerra y los cautivaba, y llevándolos consigo, los mataba y los comia. Con tanta instancia y afeccion y dolor parece que lo representaban, dice Américo, que los movió á compasion y se ofrecieron á vengarlos dellos. Holgáronse, dice Américo, en gran manera, y dijeron que querian ir con ellos, pero los cristianos, por muchas consideraciones, consentir no lo quisieron, sino siete dellos, con tal condicion que no fuesen obligados á volverlos á sus tierras, sino que ellos con sus canoas sólos se volviesen, y así, dice que, con la condicion los unos y los otros consintieron. No sé yo quién era destos contratos y de todas las demas palabras, pues en treinta y siete dias no pudieron saber su lengua, el intérprete. ¿Y qué sabian Hojeda y Américo y los de su compañía, si tenian los de aquella isla contra estos, por alguna justa causa, justa guerra? ¿tan ciertos estuvieron de la justicia destos, sólo porque se les quejaron, que luego, sin más tardar, á vengarlos se se les ofrecieron? Plega á Dios que no les pluguiese