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de las Indias.

tener achaques, para hinchir los navíos de gente, para venderlos por esclavos, como al cabo en Cáliz lo hicieron; obra que siempre en estas desdichadas gentes y tierras, por los nuestros, á cada paso se usó. Salieron, pues, de allí, y, en siete dias, topando en el camino muchas islas, dellas pobladas y dellas despobladas, dice Américo, llegaron á la donde iban. Estas islas no pudieron ser otras, sino las que topamos viniendo de Castilla, como son la Dominica y Guadalupe, y las otras que están en aquella renglera. Vieron luego en ella, dice él, gran monton de gente, la cual, como vió los navíos y las barcas que iban á tierra, puesto que bien aparejadas con sus tiros de pólvora, y los cristianos bien armados, llegáronse á la ribera obra de 400 indios, desnudos, y muchas mujeres, con sus arcos y flechas, y con sus rodelas, y, todos de diversos colores pintados, y con unas alas y plumas de aves grandes, que parecian muy belicosos y fieros, y, como se acercasen las barcas á un tiro de ballesta, entran en el agua y disparan infinitas flechas para resistirles la entrada. Los cristianos, que no les popan, disparan los tiros de pólvora en ellos, y derruecan muertos muchos dellos. Vistos los muertos, y el estruendo del fuego y de los tiros, luego dejan el agua y se meten todos en tierra. Saltan 42 hombres de las barcas, y van tras dellos; ellos varonilmente, no huyeron, sino, como leones, hacen cara y resisten y pelean fuertemente, defendiendo á sí y á su patria. Pelearon dos horas grandes, y con las ballestas y espingardas, y despues con las espadas y lanzas, mataron muy muchos, y no pudiéndolos más sufrir, por no perecer todos, los que pudieron huyeron á los montes, y así quedaron los cristianos victoriosos. Tornáronse á los navíos con gran alegría de haber echado al infierno los que nunca les habian ofendido. Otro dia, de mañana, vieron venir copiosa multitud dellos, atronando los aires con cuernos y bocinas, pintados y aparejados para la segunda pelea, puesto que las barrigas y pellejos de fuera, porque desnudos como suelen andar en cueros.

Determinaron salir á ellos 57 hombres hechos cuatro cuadrillas,