Página:Historia de las Indias (Tomo II).djvu/481

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
467
de las Indias.

piden el agua del baptismo, mas el padre Nobrega ha ordenado, que primero se les hagan los catecismos y exhorcismos, hasta tanto que cognoscamos en ellos firmeza y que de todo corazon crean en Cristo, y tambien que primero enmienden sus malas costumbres; son tales los baptizados que perseveran, que es mucho para dar gracias á Nuestro Señor, porque, aunque deshonrados y vituperados de los suyos, no dejen de perseverar en nuestra obediencia y crecer en buenas costumbres. El pueblo gentil, al principio, nos daba poco crédito, y le parecia que les mentiamos y engañábamos, que los padres y tambien los legos, ministros de satanás, que al principio á esta tierra vinieron, les predicaban y decian por interés de sus abominables rescates; agora que comienzan á cognoscer la verdad y ver el continuo amor con que los padres los tratan y conversan (los padres llama aquí los predicadores), y el trabajo que por la salvacion de sus ánimas resciben, van cayendo en la cuenta y quieren ser cristianos con muy mayor voluntad y más firme intencion que al principio. Tambien Nuestro Señor ha mostrado cosas, y muestra cada dia, por donde se van desengañando á no nos tener en la cuenta que ántes tenian; los cristianos que permanecen son tan nuestros, que contra sus naturales hermanos pelearan por nos defender, y están tan subjetos, que no tienen cuenta con padres ni parientes; saben muy bien las oraciones, y tienen mejor cuenta con los domingos y fiestas que otros muchos cristianos. En nuestra casa se disciplinan todos los viérnes, y algunos de los nuevamente convertidos se vienen á disciplinar con grandes deseos. En la procesion de la Semana Santa se disciplinaron algunos, así de los nuestros como de los nuevos convertidos, y de aquí adelante se comenzarán á confesar con el padre Navarro en su lengua, porque hay ya muchos que lo quieren y desean. Estos han de ser un fundamento grande para todos los otros se convertir; ya empiezan á ir por las aldeas con los padres, predicando la fe y desengañando á los suyos de las malas costumbres en que viven. Muchas cosas en particular pudiera escribir, que, por mi grande frieza y por no pensar haber de ser yo el escriptor,