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de aquí los documentos de los doctores Blest y Sazie que atestiguan el estado de los estudios en 1843, poco después de terminar el primer curso, y que van en la nota adjunta.[1]


§ IX.


Para completar nuestro juicio reservemos una mirada para los jóvenes alumnos, buscando la caracterización de su obra.

Ellos se unieron para formar la primera lejión que empezó triunfando moralmente, para seguir, dia por dia, luchando, cayendo, dejando jirones queridos en el camino, pero avanzando

  1. «Señor don Diego Antonio Barros.
    Santiago, Febrero 13 de 1843.

    Cumpliendo con la indicación que Vd. se ha servido hacerme esta mañana tocante al estado de las clases de ciencias médicas á mi cargo, tengo el gusto de informarle que los alumnos de dicha clase están muy adelantados en el estudio de los ramos á que son dedicados, que la asistencia de ellos á la clase es muy exacta; y que por los deseos y empeños que ellos manifiestan en adquirir conocimientos profesionales, tengo grandes esperanzas que el aprovechamiento de ellos será muy satisfactorio. Los alumnos de esta clase no han podido dar un exámen público el año pasado en las materias que estudiaron, porque estas materias, teniendo una conexión íntima con los que tendrán que estudiar en el año presente, no podían dividirse, y por consiguiente cualquier exámen que los alumnos hubieran rendido, hubiera sido muy incompleto y muy imperfecto.

    Al fin del presente año darán exámen de todas las materias que abraza el curso que actualmente siguen, y me persuado que sus conocimientos en ellos serán satisfactorios y dignos del interés que el supremo gobierno toma en la instrucción médica.

    Dios guarde á Vd.—Guillermo Blest.—D. M. J.»

    «Señor don Diego A. Barros.—Santiago, 14 de Febrero de 1843.

    En contestación al oficio que Vd. se ha servido transcribirme, tengo el honor de informar á Vd. que los progresos de los alumnos de medicina en los ramos de cirujía que tengo á mi cargo, son muy satisfactorios, y que el empeño que tienen todos en adquirir conocimientos y en asistir á los cursos, hace esperar que el aprovechamiento de ellos irá cada dia en progreso. El año pasado no han podido dar exámen público, debiendo concluir antes los varios cursos que constituyen los ramos de patolojía interna y externa y que tienen entre sí una conexción íntima; al fin del presente año podrán verificarlo con suceso.

    En la actualidad las lecciones se dan bajo mi dirección por uno de los jóvenes médicos que se recibieron el año pasado según el método que he adoptado para los cursos actuales, esperando que en dos meses mas estaré bastante restablecido de varias indisposiciones que he sufrido en la vista y en mi salud, para tomarlos otra vez á mi cargo exclusivo.

    Tengo el honor de saludar á Vd.—Doctor Lorenzo Sazie.