Página:Julio Cortázar y el relato fantástico.djvu/30

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relatos que le son próximos en cierto aspecto: “Las puertas del cielo” y “La banda". “Las ménades" crea un núcleo persistente de ambigüedad signi■cativa que permite ver allí la imagen de una contradicción. ¿En qué consiste? ¿Cuáles son sus puntos de cruce? La lástima y el asco (M, 50), el espanto lúcido (M, 54) con que el espectador contempla el entusiasmo dela multitud en el teatro Corona coloca al yo narrador de “Las ménades" en una tradición de “rechazo a la invasión" en la cultura argentina, que comienza durante el período inmigratorio de ■nes del siglo XIX, con el consecuente horror de las elites y los intentos positivistas de estudiar y “controlar” esos avances. Se trata de la resistencia a las manifestaciones sociales y culturales que comienzan a disputar ¡legítimamente - tal es lo que se siente - un espacio largamente hegemonizado por otra clase. Después de 1945 serán “las patas en las fuentes", las “■estas del monstruo“, o “los monstruos” cortazarianos, que como ménades, se caracterizan “por su encarnizamiento en hacer bajar los músicos a la platea” (M, 56). Por otro lado, pueden leerse en este relato ciertos aspectos ligados a la actitud exhibidamente “vanguardista” que cultivó Cortázar en varios de sus textos, en relativa tensión con el aspecto señalado en el párrafo anterior. La primera persona del narrador de “Las ménades" asume una posición ambivalente (de superioridad pero también de autoexclusión del “éxtas¡s”y el “entusiasmo”) al “no estar del todo en el juego, mirara esa gente desde afuera, alo entomólogo. Qué le iba a hacer, -dice en una frase donde observa su propia posición- es una cosa que me ocurre siempre en la vida, y casi he llegado a aprovechar esta aptitud para no comprometerme en nada” (M,48). Las multitudes-ménades encarnan marcadamente, en cambio, una de las formas del desideratum vanguardista: el espectador (o lector) como creador “participante”, la unión de arte y erotismo, el culto a lo irracional, la potencia creadora de la destrucción. El eje de esta lectura parte de “Las ménades" y se extiende hacia otros 32