Página:La música como develadora del sentido del arte en Marcel Proust.djvu/159

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prisionera, a diferencia de "La adoración perpetua" de la Matinée chez la Princesse de Cuermantes, de los cuadernos 58 y 57, donde estaba a cargo de la música de Wagner“. Porque las demás artes se parecen en general más a la literatura que a la música en cuanto a su alcance en la búsqueda artística y a sus posibilidades de comunicación y desarrollo. Con esto no se pretende disminuir la importancia de la literatura y de las otras manifestaciones artísticas, pues no hay arte sin espíritu, sin extratemporalidad y sin búsqueda no imitativa de la verdad, sino señalar simplemente la naturalidad de la separación proustiana de la música con respecto a la doctrina estética en Eltiempo recobrado. Es decir, que si bien le corresponden las características generales del arte, aunque no manifieste de la misma manera verdades generales de la inteligencia sobre la vida, tiene un modo de ser específico que anuncia la esencia del arte, función que, en rigor, cumplió durante toda la Recherche. La primacía de la música desde el romanticismo poético que conduce a Wagner ha sido destacada por Steiner: arte a lali-teratura en El tiempo recobrado, en lugar de a la música, como en La dialécticawagneriana de la totalidad musical están ahora detrás de nosotros. Pero la idea de que la música es más profunda, más abarcadora que el lenguaje, de que se levanta con inmediatez desde las fuentes de nuestro ser, no ha perdido su vigencia y su fascinación. Como se ha observado a menudo, el intento de profundizar o de reforzar una estructura literaria por medio de la analogía musical es frecuente en Ia poesía y en la ficción modernas (en los Cuatro cuartetos, en Proust, en La muerte de Virgilio de Broch). Pero el impulso hacia un ideal musical va más allám. Los talantes y las energías principales del simbolismo y de la Recherche, la única huella de lo extratemporal nos la da la música por intermedio de la frase, el fragmento luego superado por el septeto, que recuerda que existe el arte, más real que la vida aparente y al que vale la pena dedicarle la vida artística. La versión de 1910-191 1 constaba, como puede comprobarse en la edición crítica de Bonnet y Brun de Matinée chez la Princesse de Cuermantes y en los 162 Como hemos visto, Paul Ricoeur sostiene que durante largos períodos de Ia