Página:La romana. Presencia de la mujer en las Elegías del Corpus Tibullianum.djvu/55

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Adde merum uinoque nouos compesce dolores, occupet ut fessi lumina uicta sopor, neu quisquam multo percussum tempora baccho excitet, infelix dum requiescit amor. vv.1-4 Trae mero y calma con vino los nuevos dolores, y el sueño colme los ojos vencidos por el cansancio, y nadie me despierte durante el tiempo en que estoy golpeado por mucho vino, mientras descanse el infeliz amor. El vino y su sopor desembocan en lo que será un dum inversum: en la proposición subordinada cae el peso semántico del período, el multo baccho introduce rápidamente al infelix amor, que organizará los elementos de toda la composición. En el dístico que inmediatamente sigue, se apunta la razón de este amor desdichado: Nam posita est nostrae custodia saeua puellae, clauditur et dura ianua firma sera. vv.5-6 Pues una custodia cruel ha sido puesta a nuestra amada, y la puerta se cierra trabada con duro cerrojo. Comienza aquí el desarrollo de uno de los puntos programáticos de la elegía 1.1 (duras ianitor ante fores, de 1.1.56), que de inmediado adopta el modo de un paradausithyron: Ianua difficilis domini, te uerberet imber, te louis imperio fulmina missa petant. Ianua, iam pateas uni mihi uicta querellis, neu furtim uerso cardina aperta sones, et mala si qua tibi dixit dementia nostra, ignoscas; capiti sint precor illa meo: 55