— 148 — TRES GRANDES INTENDENTES
— En verdad, señor, que Buenos Aires es una ciudad muy bien cuidada.
— Estás en lo cierto, pero como aumenta de: dimensio- nes año tras año, no se tiene casi tiempo de atender a todas las necesidades en los barr:os apartados.
Sin embargo, los extranjeros que la visitan dicen que, para ser una ciudad tan nueva, ha progresado mucho. Tres hombres son los que, en épocas muy ante- riores a la nuestra, han preparado este progreso; y para ser justos de- bemos recordarlos con tanto recono- cimiento como a los que sirvieron a la patria en otras tareas.
El primero pertenece a los tiem-
El virrey Vértiz. pos de la colonia; fué el virrey don Juan José Vértiz, el gobernante más progresista y que más interés se tomó por estas tierras, de cuantos nos man- dara España.
Él hizo construir en Buenos Aires el primer empedra- do, nivelar las calles, que hasta entonces eran barrancones y pozos llenos de peligro para los vehículos, así como tam- bién veredas que, aunque de ladrillo, eran muy preferibles a las de tierra, que además de resultar intransitables cuando lovía, eran desiguales, pues cada dueño de casa hacía la suya del alto y ancho que quería.
— ¡Pobres los que de noche andaban por tales veredas!
