Esta página no ha sido corregida
— 327 —
linda muñeca con traje y sombrero rojos, apareció ante la vista de la pequeñuela. ¡Oh! ¡Qué grito de placer dejó escapar! ¡Con qué alegría estrechó la muñeca contra su corazoncito y la cubrió de besos! Ya no recordaba que tenía a su lado enfermeras y médico.
Todo su interés se concentró en la muñeca; una mu-
fñeca como nunca había tenido, pues la mamá de Chichí era muy pobre. ¡Qué bueno era ese señor! "Y dominada por este pensamiento apoyó confiadamente su afiebrada cabe- cita en el hombro del médico, y cuando éste le dió un beso en los rizos, Chichí se volvió y lo besó cual habría hecho con su abuelito.
— Te quiero mucho, ¿sabes? — le dijo sin mayores, ce-