republicanismo es necesaria, y felizmente no es menos necesaria para cada nación y su gente en el continente. ¿Quién me mostrará cómo el republicanismo puede ser extendido en el continente sobre cualquier otro principio o bajo cualquier otro sistema que este? Si me abstengo en demorar la influencia que América del Norte y Sudamérica deben poner en todos sus archipiélagos establecidos firmemente y viviendo fraternalmente con instituciones republicanas, y deberá seguir en el avance de la civilización, a través del mundo, es porque ya he dicho suficiente para mostrar lealtad y patriotismo por parte de un ciudadano de una República Americana, a mi juicio, no sólo coherente sino agradable con los mejores deseos para el bienestar, prosperidad y felicidad de toda otra república americana.
Doy a ustedes, señores, a la salud del presidente Benito Juárez—un nombre indisolublemente asociado con los nombres de los Presidentes Lincoln, Bolívar, y Washington, en la historia heroica del republicanismo en América.
El discurso del Sr. Seward fue traducido al español y leído por el Señor Iglesias, Ministro de justicia y así expresado, fue aplaudido fuerte y enfáticamente por los mexicanos de todos los matices de opinión política presentes.
El Señor Don Valentín Baz, Vice Presidente del Congreso, siguió con un breve discurso, cerrando con un brindis, "por el Congreso de los Estados Unidos de Norte América." A este el Sr. Seward respondió como sigue:
El distinguido orador mexicano propuso un sentimiento en honor del Congreso de los Estados Unidos. Siendo la única persona presente que ha sido miembro de ese augusto cuerpo, se espera que yo responda. Dos cosas son necesarias en cada República; una es un Presidente, la otra es un Congreso. La seguridad del Estado es el cuidado adecuado del Presidente; la libertad del pueblo debe ser cuidada por el Congreso. Que Dios ahora y
