Ir al contenido

Página:Prosa por José Rizal (JRNCC, 1961).pdf/30

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
20

de sus muros, cuanto hasta entonces había concebido la mente del hombre. Espectáculo es de todos tiempos ofrecido por la humanidad el dirigirse hacia la luz para alumbrar a la tierra. Y es que forma parte de la esencia del hombre la tendencia a la perfección, como de la esencia de los cuerpos la gravedad, como la idea de la claridad en el concepto del día.

Y a medida que los pueblos envejecían y perdían la savia que un tiempo los alimentara, nacían otros más jóvenes a heredarles el precioso tesoro,5 amasado por la gran familia humana a costa del tiempo y los sacrificios.

En vano desencadenó el Norte tempestades para llevar la muerte a las alegres ciudades del Mediodía; en vano la ignorancia y la barbarie labraron sobre la tumba de la señora del mundo; si la ciencia huyó espantada fue para fortalecerse en la soledad de los claustros para de ahí volver a salir rígida y severa, guiada por el cristianismo a ilustrar las bárbaras hordas que pretendieron ahogarla.

Entonces se fundaron Universidades. De todas partes acudían en peregrinación la multitud, haciendo lo que los griegos en Egipto, los romanos en Grecia, y en Roma y Bizancio, el universo entero. En todos los tiempos y en todas las edades de la Historia, los viajes han sido la palanca poderosa de la civilización, porque sólo en los viajes se forman, educan e ilustran el corazón y el espíritu, porque sólo en los viajes se ven y estudian todos los adelantos: Geología, Geografía, Polítca, Etnología, Lingüística, Meteorología, Historia, Fauna, Flora, Estadística, Escultura, Arquitectura, y Pintura, etc., todo cuanto forma parte del saber humano, pasan y se exponen a los ojos del viajero.

El que sólo conociera la superficie de la tierra, la topografía de un país por los mapas y planos que desde su gabinete examinase, tendrá una idea, no diré que no, pero una idea semejante a la que tendría de una ópera de Meyerber o Rossini, el que sólo la conociera por las revistas de los periódicos. Puede verse grabada o pintada toda una región, y puede ser de tal concepción el artista que consiga trasladar al lienzo un rayo de su sol, la frescura de su cielo, el verdor de sus campos, la majestad de sus torrentes y montañas, los habitantes y los animales y hasta el movimiento que imprime en la yerba el ligero aleteo del céfiro; todo esto puede hacer el pincel de un paisajista como