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QUO VADIS

más loco que nunca: se establece ahora en la ciudad como en su propia casa.

Es necesario, por tanto, que tú también trates de hallar en las locuras que se preparan distracción y olvido.

Hemos conquistado al mundo y tenemos el derecho de divertirnos. Tú, Marco, eres un apuesto mozo y á ello en parte atribuyo la inclinación que siento hacia tí. ¡Por Diana de Efesol si pudieses ver tus cejas unidas y tu semblante, en el que se advierte con evidencia la antigua sangre de los quirites! Los demás que cerca de tí se hallaban hace poco, tenían aire de simples libertos. A la verdad que si no fuera por esa religión insensata, Ligia estaría en tu casa hoy día. Intenta una vez más demostrarme que no son esos cristianos los enemigos de la vida y de la humanidad. Han procedido bien contigo, de ahí el que se conciba tu agradecimiento; pero yo en tu lugar, detestaría esa religión y habría de buscar el placer donde quiera que pudiese encontrarlo. Lo repito: eres un apuesto mozo y en Roma existe un verdadero enjambre de mujeres divorciadas.

—Con todo eso, me sorprende el que todavía no te haya llegado á dominar el aburrimiento de cuanto te rodea.

—¿Quién te ha dicho lo contrario? Desde hace mucho tiempo me domina, pero no cuento yo tus años. Además, tengo otros gustos, de que tú careces. Amo los libros, que para ti no presentan el menor atractivo; me agrada la poesía, que á tí te espeluzna; plácenme los objetos de alfarería, las piedras de valor y multitud de cosas en que tú ni siquiera detienes la vista; tengo un dolor á la cintura, que á tí no te aqueja; y finalmente, poseo á Eunice, mientras que tú no has encontrado todavía nada que se le parezca.

Para mí es agradable la permanencia en el hogar, en medio de mis obras maestras; de tí jamás he de hacer un hombre de verdadero sentimiento estético. Sé que en la vida nunca he de encontrar ya nada superior á lo que actualmente poseo; y en cuanto á tí, ni siquiera sabes en