Página:Quo vadis - Eduardo Poirier tr. - Tomo I (1900).pdf/348

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
338
QUO VADIS

el fondo de esas palabras, cual si las hubiera escuchado de boca de la Pitonisa de Delfos.

»Y paréceme que algo comprendo de su significación.

Aunque los cristianos aman á sus semejantes, abominan nuestra vida, nuestros dioses y nuestros crímenes. De ahí el que huyera ella de mí, de un hombre que pertenece á nuestra sociedad y con quien habría de compartir una vida conceptuada como criminal por sus correligionarios.

Tú observarás que pudiendo ella rechazar mis pretensio nes, no tenía necesidad de huir de mí. Pero, ¿y si me amaba? En este caso, ha deseado substraerse á este amor.

Cuando pienso en ello, me acomete el deseo de enviar esclavos á todas las calles y caminos de Roma, con la orden de gritar dentro de todas las casas: «¡Ligia, vuelvel» »Pero, no acierto á comprender claramente por qué huyó. No le había impedido yo que creyera en su Cristo. Yo mismo hasta le habría levantado un altar en el atrium.

¿Qué daño podría hacerme un otro dios? Por qué no creer en El, yo, que no soy un gran creyente en los antiguos dioses?

»Sé á punto fijo que los cristianos no mienten, y ellos afirman que El resucitó de entre los muertos. Pues bien: un hombre no puede resucitar de entre los muertos.

»Ese Pablo de Tarso, que es ciudadano romano, pero quien asimismo, como judío, conoce las antiguas escritu ras hebreas, me ha dicho que la vida de Cristo había sido anunciada por los profetas desde hacía miles de años.

»Todas estas son cosas extraordinarias; pero, ¿acaso lo extraordinario no nos rodea por todas partes? Las gentes no han cesado aún de hablar de Apolonio de Tiane. La afirmación de Pablo, de que solo hay un solo Dios, y no una verdadera asamblea de dioses, me parece plausible.

Tal vez Séneca sea de esta misma opinión, y antes que él muchos otros.

»Cristo vivió, se entregó para que lo crucificaran por la salvación del mundo y resucitó de entre los muertos. To-