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D. MELCHOR DE MACANAZ.

D. Melchor de Macanaz nació en Hellin, Villa del Reyno de Murcia, el dia 16 de Febrero de 1670, de D. Melchor de Macanaz, y de Doña Ana Ribera, personas de ilustre nacimiento. Hizo sus estudios en Valencia y Salamanca, vino á la Corte, y el crédito que ganó en ella en varios encargos que le hizo el Cardenal Portocarrero, y en los que le fíáron de importancia el Conde de S. Esteban de Gormaz en las jornadas de Portugal y Cataluña, y el Marques de Aytona en la toma de Castel-David, y de las obras exteriores de Monjui, le dió á conocer, y proporcionó para que Cárlos II le hiciese su Secretario: y Felipe V, cuyo exército siguió hasta la rendicion de Cuenca y Elche, le distinguiese en su estimacion.

Necesitaba el Presidente de Castilla D. Francisco Ronquillo de una persona de consejo, y Felipe V le puso á Macanaz, que desempeñó esta confianza del Rey, dificil en aquella sazon. De resultas se le encargó la planta y nueva forma de gobierno para el Reyno de Aragon, despues de la batalla de Almansa y conquista de Valencia, la comision de bienes confiscados de aquel Reyno, y la fundacion de S. Felipe; por cuyo servicio le señaló el Rey 160 ducados de plata doble en aquellos bienes.

Acompañó al Duque de Orleans en la toma de Tortosa, y le sirvió tanto con sus consejos, que confesó al Rey, que debia la conquista á Macanaz; y á propuesta de aquei Príncipe se le mandó arreglar su gobierno político. Lo hizo así; y no obstante los disgustos que le causáron los diferentes modos de pensar del Presidente Ronquillo, no cesó de ocuparse en beneficio de la patria. A instancia suya se suprimiéron los Consejos de Italia, Aragon y Flandes, y la Junta del Real Erario formada en Aragon; y admitida la Intendencia de este Reyno, que se le confirió, trabajó infinito en restablecer el buen orden preciso en aquellas circunstancias; y para estar mas libre renunció varios empleos elevados, y aun el de Enviado Extraordinario al Congreso y Ciudad de Utrek.

Propuso el Papa Clemente XI á Felipe V por mediacion de Luis XIV la paz y reconciliacion de las dos Cortes, y para ajustarla se mandó á Macanaz que pasase á París; pero antes de marchar á este honroso y delicado encargo, se consideró preciso dexarle en Madrid con el nuevo, autorizado y dificil destino de Fiscal general del Reyno, en que desplegando la vasta extension de sus conocimientos, y todo su zelo y amor al Rey y á la patria, excitó ideas, y abrió puertas cerradas á la ilustracion y al bien general, hasta que por falta de salud hizo dimision, y pasó á Francia á recobrarla.

Estos servicios habian atraido á Macanaz multitud de enemigos, que aumentaba la