Se recordará que en la primera observacion noté que en el momento en que se estrajo el quiste tirado por las pinzas de Museux una parte del epiplon mayor hacia hernia al mismo tiempo; que este epiplocele del tamaño de una naranja se dejó afuera, i que mas tarde bajo la influencia de aplicaciones de una solucion de percloruro de fierro, se redujo mui fácilmente.
Cuando al traves de una herida abdominal se escapa el epiplon, la regla a que debemos sujetarnos, como en el caso de una hernia estrangulada i operada, consiste en reducir cuando se encuentra perfectamente sano i su salida data de pocas horas. Talvez es mas prudente no reducir en ningun caso, como es la conducta que he observado. Estos tumores, en efecto, al cabo de un tiempo variable entran por sí mismos, i si no se reducen, una vez obtenidas las adherencias con la serosa, nada es mas fácil que seccionar el tumor con el écraseur, aplicando un trocito de pasta de Canquoin sobre el pedículo si da un poco de sangre.
Si en otro tiempo las opiniones de los cirujanos, a este respecto, diverjian, en el dia todos están unánimes en sus pareceres. Algunas líneas bastarán para trazar la historia de esta cuestion.
Desde A. Paré hasta la Academia Real de Cirujía la reduccion era la regla; creíase entónces que el epiplon permaneciendo al esterior corria el peligro de gangrenarse, 1 que mas tarde esta brida ligando el estómago a la pared, daba lugar a estiramientos dolorosos, a dijestiones difíciles.
Pipelet, el jóven, en una memoria que se ha hecho célebre apoyándose en hechos sacados de la práctica de Louis, de
