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ESTUDIOS ARAUCANOS VI

7. Epeu kiñe pəchi üñəm chiʎchiwen piŋei

7. Cuento de un pajarito llamado caminante[1]

1. Feimeu umañurkei lelfün­meu təveichi pəchi üñəm; umañlu laŋəmërkeyu[2], t'aŋliñ[3]. Feimeu pəleituŋërkei[4] t'aŋliñ. 1. Entonces durmió en el campo ese pajarito; durmiendo lo mató la helada. Entonces se le hizo el pleito a la helada.
  1. Este cuento evidentemente no es de origen araucano sino un antiguo cuento popular español, corriente entre el bajo pueblo chileno en diferentes versiones. Es un cuento de repeticiones como existen otros muchos entre otros pueblos. En el cuento araucano las repeticiones se habrán suprimido por ser demasiado complicadas para el gusto indígena. Para que se pueda comparar el original lo cito según la versión que publiqué hace algunos años al fin de mis Estudios Chilenos VII (en el tomo VI de la revista Phonetische Studien editada por W. Víetor, Marburg 1893. pág. 295 ss.) en lenguaje popular de los alrededores de Santiago. En paréntesis doy la explicación en ortografía corriente, siempre que me parezca indispensable.

    La transcripción es en general la misma que la araucana. v es siempre bilabial y a menudo muy relajada, ʍ=w sin voz (=ingl. wh), ç y x son la j castellana antə e, i y ante a, o, u correspondientemente, ç=ch alemana en «ich» x=ch alemana en «ach». r=r inglesa en «very», rr=r araucana (r del sur de Inglaterra en «dry»). Dos vocales unidas por guión se contraen más o ménos.

    L-aviriwasión de la t'éŋka (la averiguación de la tenca).

    Una vyéxa-htáva (estaba) pelándo-un dia do qráno e t'igo (dos granos de trigo), y la t'eŋka le komio uno, y la vyéxa l-echó la mardisión ke l·elá (la helada) tenia ke kemálle una patita.

    Un día ʍe (fue) la t'éŋka ónde l·elá i le-ixo (le dijo).–Elá, le-ixo, porké soi (sois= eres) tam bráva, k·e me k·emái la patit-a mi?

    I l-elá le kontehtó: ma vrávo e-er sól k e me rréite- a mí (=me derrite a mí).

    Y entónse va la t'éŋka ónter sọl (dónde está el sol) y le-íse· sol, pork·é soi tam brávo k·e rreitíl'l-elá (=derrites la helada) i l-elá me k·éma la patita a mi.

    Er sol le kontéhta: «Ma vrávo e era nuvláo k·e me t'ap-a mí».

    Así sigue el cuento. La tenca se queja sucesivamente ante el nublado, el viento, la pared, el ratón, el gato, el perro, el palo, el fuego, el agua, el buey, el hombre y Dios y concluye.

    Entonse la t'éŋka va onta (donde está) dióh, y le-ise: «Señol, le-ise, pork é soi tam brávo k·e asis (=haces) al ómbre, y l-ómbre mát-ar wei, y er wei t'áqa (traga) l-áwa, l-awa-apága r ʍéqo (fuego), el ʍéqo k·éma-r pálo, er pálo mát-ar pérro, er pérro muérde-ar gáʇo, er gáto kás-ar rratón, er rratón auçerea la paél, la paér atáx-ar vi´nto, er viento kórre-ar nuvláo, er nuvláo táp-ar sól, er sól rreite l-elá y l-elá me k·éma la patit a mi.

    I dióh le kontéhta: «Ma vravo soi yó k·e te máto-a vóh», i le dio um papiróte i la mató i fenesió l-aviriwasión.

  2. laŋəmërkeyu puede analizarse laŋəm-ərke-eyu «parece que lo mató» o laŋəm-me-rke-eyu «parece que fue a matarlo».
  3. t'aŋlin cp. VI 2, 1.
  4. pəleituŋerkei naturalmente de la palabra castellana «pleito».