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ESQUEMA SEXUAL 107

Los síntomas neuróticos pertenecen a estas concepciones sus- titutivas. En ellas el hombre, impedido de realizar sus deseos, encuentra una satisfacción supletoria y una expresión que el portador del síntoma no puede comprender, porque la forma- ción del síntoma parte del inconsciente.

Entre los sueños y los síntomas neuróticos existen íntimas relaciones. La vida del hombre está llena de pequeños con flictos que tienen síntomas neuróticos apenas perceptibles. Si los conflictos son violentos, las satisfacciones sustitutivas de deseos inconscientes no cumplidos, aparecen en dos formas esen- ciales, que dependen, a su vez, del tipo psicológico a que per- tenece el enfermo. Se manifiestan como fenómenos histéricos o como síntomas de las neurosis.

La psicoanálisis descubre estos conflictos. Ningún procedi- miento científico llegó hasta las raíces más hondas del alma humana, como ha logrado hacerlo la psicoanálisis. A través de la cultura, ninguna teoría ha sido tan duramente atacada, ni defendida con tal ardor, como lo ha sido el freudismo.

Del conocimiento de los síntomas, se desprende la terapéu- tica de la neurosis. Hacer consciente el trastorno inconscien- te es comenzar a curarlo,

El desarrollo de la cultura ha traído la represión de ciertos elementos de la primitiva unidad armónica de la existencia, la eliminación de conceptos que pasaron a ser prohibidos. Aquí se encuentra una de las más profundas causas de la tragedia espiritual del hombre. Este no se preocupa del contenido de los estados anímicos que reprime. Los rodea de fuertes resis- tencias, para que no traspasen los umbrales de la conciencia.

Ante un genio tan alto como el de Freud que habla la ver- dad desnuda, que llama por su auténtico nombre a todos los conflictos anímicos reprimidos, lógico es que se levanten las más violentas protestas de los reaccionarios. Un fenómeno aná- logo sucedió con el marxismo, que está ahora triunfante.

En una lucha tan fuerte como la que sostuvo, Freud proce- dió con audacia; valentía y constancia. Estaba dotado de pe- netración genial; de amor a la verdad científica; de desdén pa- ra la crítica y de sentido estético. El mismo ha dicho que sus Obras se leen con la misma amenidad que una novela. Es cier- ta la afirmación del maestro, porque los libros que ha escrito son como sonatas en prosa.

De sus investigaciones, Freud sacó la conclusión de que la