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40 CONGRESO NACIONAL

en el caso que se hallare atacada; así, estamos todos penetrados que con la iniciativa de V. E. hallaremos en ese Cuerpo Augusto la jenerosidad que corresponde a nuestros servicios.

Es cuanto tengo que informar a V. E. sobre el particular. —Excmo. Señor. —José Rondizzoni.


Núm. 56

Excmo. Señor:

Por las continuas representaciones de los sarjentos, cabos i soldados de nuestras respectivas compañías, i por nuestras propias miserias, con todo respeto, representamos a V. E. que ciertamente nuestra situación es la mas lamentable que cabe; estamos, por otra parte, poseídos que el señor coronel jamas la ha mirado con indolencia, i todos sabemos el vivo interes que ha tomado para mejorar nuestra existencia, como el no temar sus pagas, para que nos quedase algo de los cortos socorros que se han administrado al batallón. Pues, Excmo. Señor, hemos pasado por toda especie de sacrificios, hemos devorado nuestras angustias i miserias con silencio, hasta que ha peligrado la República, bien sea por los enemigos esteriores, o bien por una facción anárquica que ya habia encendido el fuego de la discordia, i fomentado una guerra civil espantosa. Pero damos gracias al Todo Poderoso que nuestros compañeros de armas hayan tenido la suerte de sofocar esta plaga en su misma cuna, i haber quitado para siempre toda esperanza a estos desnaturalizados hijos de Chile; en fin, por el último triunfo de Chiloé vemos nuestra amada Patria en seguridad. Por tanto esperamos de V. E. i de la palabra que nos dio, que seríamos satisfechos de nuestros sueldos atrasados, ajustados, etc., i a mas, que V. E . hará presente al Soberano Congreso con esta enerjía que le hemos visto desplegar al frente de los enemigos, la necesidad de una reforma que nos corresponde para estar al abrigo de la mendicidad. Estamos persuadidos de los ahorros que hará el Erario con dicha reforma, en lugar de un medio sueldo que se nos debería dar, i que nunca estaría pagado. Si V. E. encuentra obstáculos, ya sabremos la suerte que nos está reservada; pero esperamos que el Augusto Congreso, que tanto anhela la felicidad de los pueblos, se acordará con entusiasmo de los dias de gloria que el Ejército ha dado a la Patria, i la libertad adquirida a costa de su sangre; esta divina libertad, que a todos nos promete garantías; esta libertad, en fin, que para siempre ha hecho huir de nuestro suelo la monstruosa tiranía. Por tanto, esperamos del Soberano Congreso un pronto remedio a nuestras miserias presentes i la garantía de nuestra suerte futura. Estamos persuadidos de haber cumplido con nuestros deberes a la Patria; esperamos que sus representantes cumplirán lo que la Patria debe a sus hijos i a sus defensores.

Hemos creido de nuestro deber hacer presente a V. E. el descontento de las clases i soldados, i nosotros mismos no podemos responder de cualquier acontecimiento, i con esta representación nos descargamos de nuestra responsabilidad. El estado de abandono en que todos estamos ha llegado a su colmo, sigue de allí la desmoralización i luego la insubordinación, i todos los males consiguientes a este triste estado. Conocemos, pues, que el Ejército, si lo necesita la Patria, debe tener un nuevo ser i organización; en la órden de hoi se pide una relación de los cabos i soldados que han cumplido el tiempo de su empeño; pues nosotros hemos cumplido también, i suplicamos a V. E. por nuestro retiro; no podemos servir mas tiempo; estos mismos sentimientos los han manifestado los sarjentos, cabos i soldados. Concluyamos con suplicar a V. E. se sirva mandar ajustar el cuerpo i que seamos satisfechos de nuestros haberes.

Los que suscriben tienen el honor de saludar a V. E. con todo respeto i subordinación. —Excmo. Señor. —Vicente Zañartu, capitan. —José Uribe, teniente primero. —Antonio Látenos, teniente segundo. —Lorenzo Va/debenito, subteniente.


Núm. 57

Excmo. Señor:

Hace mucho tiempo que la oficialidad, clases i tropa, jefes, etc., han conocido la poca consideración que han merecido sus servicios; sin embargo, todos se han mantenido firmes en sus puestos en todas las circunstancias críticas que han agobiado la República; todos han resistido a los esfuerzos de los enemigos i a las pérfidas insinuaciones de los anarquistas. A sus virtudes, me atrevo a decirlo, se debe la tranquilidad i la entera libertad que ha gozado el hermoso suelo de Chile. Por mi parte, he hecho cuanto estaba en mi arbitrio para entretener la moral, tan necesaria a la disciplina militar; miéntras ha sido amenazada mi Patria adoptiva, he contenido muchas veces actos de desesperación, con el mas vehemente lenguaje que es el del ejemplo, soportando con resignación las mas crudas privaciones en el término de diez años que he tenido el honor de servir a la República.

Hoi, Excmo. Señor, creo un deber apoyar la representación hecha unánimemente por toda la oficialidad, porque me parece justa, racional, equitativa i conforme a las leyes. Todos quieren salir del estado de abatimiento i desmoralización en que los ha precipitado la profunda miseria en que se hallan; es justo. Ellos reclaman sus sueldos; es justo. Ellos solicitan de la Representación Nacional la garantía de su suerte futura