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Tradiciones peruanas

de su fachada y misterioso como el dedo de Dios, se destaca el templo de la recolección de los misioneros descalzos, fundada en 1592 por el hermano lego fray Andrés Corzo.

Ni la iglesia ni el convento con su espaciosa huerta, que mide más de cinco fanegadas, ofrecen gran cosa que admirar. En uno de los claustros están la celda que durante algún tiempo ocupó San Francisco Solano, que fué el primer guardián que tuvo el convento, y la que en 1830 habitara el padre Guatemala, que murió en Ica, nueve años más tarde, en olor de santidad. En la portería y bajo un lienzo que representa el misterio de la Concepción de la Virgen, se leen estas palabras apenas comprensibles para los profanos en teologia:

Potuit, Decuit, Ergo fecit.

Pudo el Omnipotente á su Madre preservar?

Hizolo: era muy decente.

O quiso y no pudo Dios, ó pudo Dios y no quiso.

Si quiso y no pudo, no es Dios; ni hijo, si pudo y no quiso.

Digau, pues, que pudo y quiso.

Aquella tarde tenía lugar la fiesta de la Porciúncula, y desde las doce de la mañana estaban ocupados los bancos por esas huríes veladas, que la imitación de costumbres europeas ha desterrado—hablamos de las tapadas. Dolorosa observación! La saya y manto ha desaparecido llevándose consigo la sal epigramática, la espiritual travesura de la limeña. ¿Estará condenado nuestro pueblo á perder de día en dia todo lo que lleva un sello de nacionalismo?

La portería del convento estaba poblada de gente pobre, que recibía de manos de un lego escudillas de comida. Verdadero festín de mendigos en que hacía el gasto la caridad cristiana! También la clase acomodada, hermosas mujeres y elegantes donceles, se acercaba á pedir al fraile un trozo de pan bendito. Y no se diga que era el sentimiento de la humildad que encomia el evangelista el que los guiaba, sino la costumbro y la imitación. Allí para nada entraba el sentimiento religioso.

Entre la apiñada multitud se veía una linda joven, sencillamente vestida de negro, que ayudaba á los legos á repartir las viandas y socorría con pequeñas limosnas de dinero á los mendigos. Un hombre, que se ha-