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Tradiciones peruanas

interés judaico de veinticinco por ciento. Y fuéle tan propiciamente, en oficio que requiere tener las entrañas de Caín y la socarronería de Judas, que, á poco hacer, se encontró rico como el más acaudalado del lugar.

En medio de su bienandanza, lo único que le cascabeleaba al antiguo patán era que el pueblo le negase el Don; pues grandes y pequeños lo llamaban No Pancho el de la esquina.

—Esto no puede soportarse—se dijo una noche en que estaba desvelado, es preciso que me reciba de caballero.

Y al efecto, empleó dos meses en preparativos para dar en su casa un gran sarao, al que invitó á todo lo más granado de la sociedad iqueña El usurero, picado por el demonche de la vanidad, desató los cordones de la bolsa, gastando algunos miles de pesos en muebles y farolerías que hizo traer de Linna. La fiesta fué de lo más espléndido que cabe. Digo bastante con decir que para asistir á ella emprendieron viaje desde la capital de la república un general, tres diputados á Congreso, el cónsul de su majestad Kamahameha IV, un canónigo, un poeta periodista y varias otras notabilidades, Terminado el festejo, que duró ocho días, en los que Arellano eclió la casa por la ventana para tratar á sus convidados á cuerpo de rey, quedó ejecutoriada su decencia, y todo títere empezó á llamarlo don Francisco.

Era ya un caballero hecho y derecho, por mucho que los envidiosos de tan improvisada ascendencia le aplicarán la redondilla:

4;Qué hinchado y qué fanfarrón entre las ramas habita!

Pues sepan que fué pepita, aunque ya lo ven melón.» Pasaban los años, aumentaba la riqueza de D. Francisco, y disfrutaba de la general consideración, que en este mundo bellaco alcanza á conquistarse todo el que tiene su pie de altar bien macizo.

Nadie paraba nientes en que el ricacho no cumplía ninguna de las prácticas de buen cristiano, y que lejos de eso, la daba de volteriano, ha blando pestes del Papa y de los santos. Mas de la noche á la mañana se le vió confesar muy compungido en la iglesia de San Francisco, hacerse aplicar recios cordonazos por los frailes, beber cántaros de agua bendita y cubrirse el cuerpo de cilicios y escapularios.

Item, decía á grito herido que era muy gran pecador, y que el Malo estaba empeñado en llevárselo en cuerpo y alina.

De aquí sacaban en limpio las comadres de Ica, caminando de inducción en inducción, que Arellano para salir de pobre había hecho pacto