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Ricardo Palma

con el diablo; y que estando para cumplirse el plazo, se le hacía muy cuesta arriba pagar la deuda.

Es testimonio unánime de los que asistieron a los funerales de don Francisco que en la caja mortuoria no había cadáver, porque el diablo cargó hasta con el envoltorio del alma.

II Pepe Irasusta había sido un bravo militar que, cansado de la vida de cuartel, colgó el chopo y se estableció en Ica. Aunque no vareaba la plata como su compadre y amigo Arellano, gozaba de cómoda medianía.

Por aquellos años, como hoy mismo, era fray Ratnón Hojas (generalmente conocido por el padre Guatemala) la idolatría de los iqueños.

Muerto en olor de santidad en julio de 1839, necesitaríamos escribir un libro para dar idea de sus ejemplares virtudes y de los infinitos milagros que le atribuyen.

Irasusta, que hacía alarde de no tener creencias religiosas, dijo un día en un corro de monos bravos y budingus:

—Desengañarse, amigos. Ese padre Guatemala es un cubiletero que los trae á ustedes embaucados hablándoles de la otra vida. Eso de que haya otro mundo es pampirolada; pues los hombres no pasamos de ser cuino los relojes, que rota la cuerda, ¡erac!, san se acabó.

—Otra cosa dira usted, D. Pepe, cuando le ronque la olla, que más guapos que usted he visto en ese trance clamar por los auxilios de la iglesia—arguyó uno de los presentes.

—Pues sépase usted, mi amigo, que yo ni después de muerto quiero entrar en la iglesia—insistió Irasusta.

Era la noche del miércoles santo, é Irasusta se sintió repentinamente atacado de un cúlico miserere tan violento que, cuando llegó á su lecho el físico para propinarle alguna droga, se encontró con que nuestro hombre había cesado de resoliar.

No permitiendo el ritual que en jueves ni viernes santo se celebren funerales de cuerpo presente, ni sicndo posible soportar la descomposición del cadáver, resolvieron los deudos darle inmediata sepultura en el panteón.

Así quedó cumplida la voluntad del que, ni después de muerto, quería entrar en la casa de Dios.

Pocos días después, en la iglesia de San Francisco y con crecida concurrencia de amigos celebrábanse honras fúnebres por el finado Irasusta,'