Cancionero (Petrarca)/Mi benigna fortuna y vivir ledo

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Mi benigna fortuna y vivir ledo
los claros días y tranquilas noches,
el suave suspirar y el dulce trazo
con que ayer componía verso y rimas,
vueltos de improviso en pena y llanto,
me hacen odiar la vida e ir tras la muerte.

Cruel, acerba, inexorable muerte,
razón me das de nunca más ser ledo,
mas de arrastrar toda mi vida en llanto,
y en días tristes y dolientes noches;
mi vano suspirar no cabe en rimas
y mi martirio vence todo trazo.

¿Dónde se ha huido mi amoroso trazo?
A hablar de ira y a tratar de muerte.
¿Qué se hicieron los versos y las rimas,
que un noble pecho oía absorto y ledo?
¿Dónde el fabular de amor las noches?
Hoy no hablo ya, ni pienso más que en llanto.

Me fue mientras vivió tan dulce el llanto,
que de dulzura henchía amargo trazo,
haciéndome velar todas las noches;
amargo el llanto es más hoy que la muerte,
pues no espero ya más su gesto ledo,
alto sujeto de mis bajas rimas.

Amor le dio de blanco a verso y rimas
sus ojos, como ahora les da el llanto,
recordando con dolor el tiempo ledo;
y así cambiando voy yo ya mi trazo
y suplicando a ti, pálida muerte,
que de mí apartes tan dolidas noches.

Ha huido el sueño de mis tristes noches,
y el son antiguo de mis roncas rimas,
que no saben tratar más que de muerte;
así mi canto se ha mudado en llanto;
no hay para el Amor tan vario trazo,
pues hoy es triste cuanto ayer fue ledo.

Nadie vivió jamás más que yo ledo,
nadie hoy vive más tristes días y noches;
doblándose el dolor, se dobla el trazo,
que traen del corazón mis tristes rimas;
viví esperando y hoy vivo del llanto,
y no espero a esta muerte más que muerte.

Muerte me ha muerto; y sola puede Muerte
hacer que vuelva ver el gesto ledo
que me agradaba con suspiro y llanto
(la lluvia y la aura dulce de mis noches),
cuando tejía con conceptos rimas,
alzando Amor mi descompuesto trazo.

¡Ay, si tuviese yo tan tierno trazo
que a Laura arrebatase de la muerte,
tal como Orfeo a Eurídice sin rimas,
viviera más que nunca viví ledo!
Si no es posible, algunas de estas noches
me cierre estas mis dos fuentes de llanto.

Amor, ya muchos años he hecho llanto
mi daño grave en doloroso trazo,
y espero de ti sólo fieras noches;
mas me he movido a suplicar a Muerte
que me lleve de aquí, por quedar ledo,
allá donde es quien canto y lloro en rimas.

Si tan alto levanto estas mis rimas,
que lleguen a quien, fuera de ira y llanto,
hoy hace el cielo por sus gracias ledo,
bien aprecierá que mudo el trazo,
que le agradó quizás, antes que Muerte
diese a ella día, a mí oscuras noches.

Vosotros que tenéis mejores noches,
que oís de Amor o que decís en rimas,
rogad que no sea más sorda la Muerte,
puerto de la fortuna y fin del llanto;
y una vez mude aquel antiguo trazo
que atrista a todos, y a mí hiciera ledo.

Hacerme puede ledo en pocas noches;
con rudo trazo en angustiosas rimas
ruego que al llanto le dé fin la Muerte.