Carta de Don Alfonso Carlos a Fal Conde, desautorizando la Asamblea disidente de Zaragoza
Querido D. Manuel Fal Conde:
Acabo de tener noticia de una Asamblea titulada Carlista, celebrada hace poco en Zaragoza, para designar mi sucesor en la Monarquía legítima española.
Quiero hacer público que esa reunión se ha de celebrar a espaldas de nuestra Comunión Tradicionalista Carlista, única que sigue mi causa y única auténticamente carlista, cuya principal virtud es su lealtad a los Reyes legítimos y su inquebrantable decisión de no entregarse al que no lo sea, según la doble legitimidad de origen y ejercicio, jurando nuestros principios y reconociendo la legitimidad de mi rama.
Y aunque los leales no necesitan que repita que esa disidencia está declarada, no sin dolor por mí, fuera de mi partido, bueno es que lo recuerdes para conocimiento del público en general. No pertenecen a la Comunión y obran contra mis expresas órdenes.
Nadie puede elegir mi sucesor sin mi concurso, ni menos en forma plebiscitaria, más propia, como ya dije otra vez, de elecciones a presidente de una república.
A cuantos seducidos o engañados se hayan dejado llevar de esas tendencias y caído en actos de tal rebeldía, nuevamente les llamo al seno de la Comunión Tradicionalista, donde todo buen carlista debe estar disciplinado a las órdenes de las autoridades nombradas por mí, y seguros de que Dios asiste a la Causa defensora de sus derechos, y seguros también que jamás consentiré designar para mi sucesor a uno que no tenga todos los principios carlistas.
Con las más cariñosas memorias, querido don Manuel Fal Conde, quedo de corazón tu afectísimo,
25 de mayo de 1935.
ALFONSO CARLOS