El dardo de Maita
El origen de esta ciudad es bastante fabuloso. Sin embargo, se encuentra en el Cuzco,en una crónica que contiene las tradiciones indígenas, que hacia el siglo XII de nuestra era, Maita Cápac soberano de la Ciudad del Sol, fue destronado. Se libró de sus enemigos mediante la fuga, erró por las selvas y por las cimas heladas de la cordillera acompañado de algunos de los suyos. El cuarto día, rendido de fatiga, muriendo de hambre y de sed, se detuvo al pie del volcán. De repente cediendo a una inspiración divina, Maita plantó su dardo y exclamó: ¡Arequipa! palabra que significa en quechua: «aquí me quedo». Luego, al volverse vio sólo a cinco de sus compañeros que lo habían seguido, pero el Inca confiaba sólo en la voz de Dios. Persistió y alrededor de su dardo, sobre los flancos de un volcán rodeado de desiertos por todos lados, los hombres agruparon sus habitaciones. Así como los conquistadores, como los fundadores de imperios, Maita no fue sino el ciego instrumento de los secretos designios de la Providencia.