El XX aniversario de la Encíclica Rerum Novarum (1911)

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El lunes, día 15, hizo veinte años que León XIII dio a la cristiandad esa Encíclica memorable que ha sido considerada como la “Carta magna de los trabajadores”.

Esa Encíclica fue la conclusión de un movimiento de ideas y de obras sociales que hacía medio siglo se estaban elaborando en el mundo; ha sido a la vez el prólogo de este movimiento social universal en el que los católicos ponen tantas esperanzas.

León XIII daba su Encíclica el 15 de Mayo de 1891; esa fecha señala el comienzo de un renacimiento espléndido de los estudios sociológicos; para la Iglesia docente universal fue la orden de intervenir en los conflictos sociales, para todos los católicos fue un estimulante y un guía.

Esa Encíclica ha dado ocasión a toda nuestra literatura social, a millares y millares de gruesos volúmenes, a centenares de miles de folletos y conferencias, a millones de artículos periodísticos, a bibliotecas sociológicas y a colegios y universidades de Ciencias sociales; ha modificado o va modificando los planes de estudios de todos los Seminarios del mundo, ha facilitado la cooperación de los católicos en la legislación obrera de todos los Estados, ha dado impulsos extraordinarios a la organización del proletariado católico.

Sin esa Encíclica no se comprendería bien esa marea ascendente de ideas e instituciones sociales que febril, tenazmente se están difundiendo en todas las naciones de la tierra.

Durante este mes divulgaremos nosotros entre nuestros amigos este solemne documento. Libros hay en castellano que lo explican y comentan; cinco catecismos se han escrito entre nosotros para hacerlo más accesible y popular; varias ediciones económicas se han publicado de él y recientemente lo ha reproducido “El Social” de Barcelona. A pesar de esa enorme propaganda ¿ya conocen bien todos los católicos las enseñanzas que esa Encíclica memorable contiene?

Para nosotros tiene un valor especial: desde los días del Acta de Loredán, por voluntad de D. Carlos está incorporado en nuestro programa, y D. Jaime, en su “Alocución a los leales”, y en sus recientes “Declaraciones de París”, ha reconocido y reproducido solemnemente esa incorporación.

No es todo nuestro programa social, pero toda la Encíclica es programa social.

Es el mayor homenaje que partido alguno le ha rendido en España.

(De “El Correo Español”)