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XC

Celosas hasta el summum de los celos,
se truecan de Lucrecia en Mesalina
porque llevó su amigo caramelos
á fulanita, ú otra golosina.
Y si se dan al lujo, terciopelos
visten, y gróes, razo y seda fina
de fuertes colorinches de mal gusto,
poníendose chocantes como un susto.

XCI

Nada sienta mejor á la belleza
que un traje simplicísimo en su adorno,
parco en detalles, sério sin dureza,
y que elegante y libre caiga en torno.
Cúanta mujer, que tira su riqueza
en mojigangas dignas de bochorno,
pagára á peso de oro mis lecciones
de estética.. Sublimes digresiones!!

XCII

Yo soy así... como el Señor me hïzo:
un poco charlador;—no es falta grave,
pues nada en mi espresion hay de postizo;—
y perdonad que alguna vez me alabe.
Mi verso fué diciendo cuanto quiso;
es censurable, acaso?—Soy un ave:
dejad, dejad que cante alegremente,
y allá se rompa el crítico la frente!