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Aqueste Capitan tan valeroso
Guiaba á los Abantes, que no tienen
Cabellos sino atrás, y son tan fuertes,
Que despreciando el arte y la destreza
De despedir el dardo, se aproximan
Muy cerca al enemigo, y con la lanza
Dando furiosos golpes, van rompiendo
Las corazas y escudos. Esta gente,
Con quarenta baxeles, hacía frente.
 Los que habitaban la eminente Athenas,
La ciudad del magnánimo Ericteo,
A quien parió la Tierra, y la gran Palas
Tuvo mucho cuidado de nutrirlo,
Y colocó en su templo suntuoso,
Donde con pingües Toros y Corderos,
Para aplacarlo ofrecen sacrificios
Cada lustro los jovenes de Athenas,
Mandados eran, pues, y conducidos
Por Menestheo, el hijo de Peteo.
Ninguno se igualaba á este Caudillo
Para poner en orden de batalla
Los Caballos é Infantes; Nestor solo
Era quien disputarselo podia,
Porque asi como era mas anciano,
Tenia mas manejo y experiencia.

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