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„Cada uno á sus tropas y á su gente.
 Dixo asi; y el gran Héctor, conociendo
Por la voz á la Diosa, la obedece,
Y despide al instante la asambléa.
Corren todos al arma: abren al punto
Las puertas de Ilión, y en un momento
Las tropas de á Caballo, y los Infantes
Salen haciendo un ruído pavoroso.
En frente á la ciudad, una colina
Se mira algo distante, muy extensa,
Y una cuesta muy cómoda y muy facil,
Que Batiea es llamada de los hombres,
Y los Dioses la nombran el sepulcro
De la velóz Myrina. Alli los Teucros
Y el número de tropas auxiliares,
Todos para el combate prevenidos,
Se ponen en batalla divididos.
 El hijo de Priämo, Héctor valiente,
Mandaba á los Troyanos numerosos,
Que ardian de impaciencia y de deséo
De llegar á las manos sin tardanza,
Y combatir á impulso de la lanza.
 El magnánimo Eneas, producido
De los favores que la Diosa Venus
Se dignó hacer á Anchises en las densas