Ir al contenido

Página:Daany Beédxe.djvu/27

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

doncellas, que también tenían su propia institución y en donde se les capacitaba de la misma forma, para ser ciudadanas, madres y esposas. Las Viejas y sabias Abuelas decían, que el hombre y la mujer, forman una unidad. Como La Dualidad Divina, que está formado con una parte masculina y otra femenina; así, la vida familiar se desarrolla. La mujer en la comunidad era muy importante. Sobre ella se basaba la vida familiar. Sin competencia con el hombre; entre los dos formaban una unidad de producción, entre los dos educaban a los hijos y entre los dos rendían culto a las diversas manifestaciones de la divinidad suprema.

Por ello, la educación de las jóvenes era muy importante. Al igual que los varones, las doncellas aprendían las palabras de los Viejos Abuelos. Los buenos modales y el lenguaje adecuado, lo mismo que bordar, tejer, preparar los alimentos; así como conocer las antiguas leyendas, los libros de la tinta roja y negra, conocer las propiedades curativas y alimenticias de las plantas y animales; los cantos religiosos, las ceremonias, así como la cuenta del tiempo y el movimiento de los astros. La disciplina aunque no tan rígida como la de los hombres, estaba presente en su institución.

La Casa del Canto era un espacio común para hombres y mujeres. Las enseñanzas de los Viejos Abuelos decían que solo se podía llegar a la virtud humana a base de "Flor y canto". La función del arte, es crear un puente entre la tierra y el cielo, para que el espíritu del ser humano, encuentre su origen divino.

De esta manera, muchachas y muchachos, aprendían juntos a desarrollar las artes dentro de su formación. La música, la danza, la pintura, el modelado, la poesía y el teatro eran abordados todas las tardes por los jóvenes, de modo que La Casa del Canto parecía un árbol cuajado de sonoras avecillas.

Entrada la noche regresaban los jóvenes a su casa. Se bañaban, cenaban y agradecían al Gran Señor y a la Gran Señora, los bienes concedidos ese día y se dirigían al dormitorio a descansar. Sin embargo, a media noche y en la madrugada, los más grandes salían al

27