“Brotan las flores, están frescas, medran,
abren su corola.
De su interior salen las flores del canto:
Tú, oh poeta, las derramas sobre los demás.”
(Ms. Cantares mexicanos)
Es el ser humano consciente, ante los dilemas universales del existir, del morir y del trascender. En efecto, el cantor clama a cada momento la angustia incierta de la razón de la vida y la trascendencia de la existencia a partir de su muerte. Filosofa poéticamente sobre la validez de esta vida y se pregunta sí en el lugar de los descarnados, se encuentra la verdad de la vida.
“¿Acaso de verdad se vive en la tierra?
No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí.
Aunque sea jade se quiebra,
Aunque sea oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra,
no para siempre en la tierra aquí”.
(Ms. Cantares Mexicanos)
Los antiguos mexicanos desde los más arcaicos tiempos, acaso cuando inventaron la agricultura, la milpa y el maíz. Comenzaron a crear todo el complejo y profundo sistema de pensamiento. Son cuatro mil quinientos años, desde la invención de la agricultura hasta la irrupción de la cultura olmeca entre Veracruz, Tabasco y Oaxaca. Tiempo suficiente para crear y decantar las bases de su pensamiento filosófico.
La filosofía explícita del Anáhuac, de momento se encuentra oculta. Como las filosofías de las “civilizaciones madres” que a excepción de la India, para sobrevivir han tenido que mantenerse en absoluto y riguroso hermetismo. Pero además, en la mítica del Anáhuac se asegura “del regreso de Quetzalcóatl” y su sabiduría. También debemos de recordar que cuando Tlacaelel mandó destruir los códices antiguos, ordenó que “los más importantes” fueran guardados en secretas cuevas, por lo que no se ha perdido. De modo que el pensamiento filosófico “explícito” del Anáhuac está esperando su momento para ser difundido. 113