de armas, colegios y escuelas de cantar y danzar y de todos los ejercicios que en la ciudad de México había.” (Fray Diego Durán)
La nueva ideología proponía el cambio del culto al espíritu, por el culto a la materia. Sostenían que el sacrificio del corazón no era espiritual, que tenía que ser sacrificados físicamente las personas y con su corazón palpitante alimentar al “Quinto Sol” que estaba amenazada su existencia, según las antiguas profecías. Pero la expansión no sólo fue religiosa y filosófica, los pueblos derrotados eran sometidos a pesadas cargas tributarias, como nunca antes se había dado en el Anáhuac. Los cambios de Tlacaelel dieron las bases del poderío Azteca y paradójicamente fueron, a la llegada de los europeos, su ruina.
“Victoriosos los aztecas, Tlacaelel tomó varias medidas que transformaron el pensamiento y la vida de su pueblo. Tlacaelel nunca quiso ser rey. Prefirió actuar sólo como consejero, primero de Itzcóatl y después de Moctezuma Ilhuicamina y de Axayácatl... La feliz conjunción de Tlacaelel y esos dos monarcas extraordinarios que fueron Itzcóatl y Moctezuma Ilhuicamina, fue ciertamente el principio y la consolidación de los antiguos mexicanos. La figura de Tlacaelel, de quien llegó a decir a principios del siglo XVII el célebre científico, según parece de origen alemán, Henrico Martínez, que era “a quien se debía casi toda la gloria del imperio azteca”, requiere mucho mayor atención que la casi nula, que hasta ahora se le ha concedido.” (Miguel León Portilla. 1961)
Tlacaelel desplazó del milenario binomio religioso Tláloc-Quetzalcóatl, a éste último lo suplió por Huitzilopochtli, dios tutelar mexica de la guerra y la materia. Cambió el sacrificio espiritual por el sacrifico material de cautivos. En un periodo de decaimiento cultural, con la ausencia de los grandes maestros, con las profecías del retorno de Quetzalcóatl y con la amenaza de que cada 52 años se acabaría el Quinto Sol; los mexicas “re-funcionalizaron” el sistema a partir del cambio de las premisas filosóficas y religiosas, en favor de un desarrollo material, bélico, fanático y de explotación de los pueblos vecinos. Es decir, los mexicas cambiaron el sentido espiritual de la vida, por un sentido material. La ideología materialista, místico guerrera fue al mismo tiempo su mayor logro y al mismo tiempo el 166